Víctimas de los Hombres Grises

Pues iba a escribir sobre Enrique Granados, y la alegría que me ha producido ver que era Trending Topic en twitter...aunque no fuera por su obra, sino porque Google le ha dedicado su página de inicio... pero no.

No me apetece.

Hoy me apetece hablar de cómo la medicina puede convertirse en una especie de "secta".

De cómo poco a poco te va sorbiendo la vida.

Cómo desde que eres un cachorro en la facultad tus círculos se van cerrando y tu tiempo libre va siendo dedicado cada vez más a leer... no a lo grandes clásicos, no los best sellers del momento, no revistas de moda... leer medicina.

Cómo llegamos a ver como normal el pasar 12 horas en el Hospital (sin estar de guardia), para después llegar a casa, dar un beso condescendiente a tu pareja y continuar estudiando.

Pasan los días, los años.. te ves cerca de la treintena, miras atrás y... puedes analizar cómo esta vorágine empezó silenciosa, callada...sottovoce allá por los 18 añitos. Cómo tus aficiones se han ido moldeando, adaptando al centro de tu vida. Cómo tus anhelos de adolescencia y los ideales que te llevaron a estar donde estás quedan diluidos entre autoexigencia y exigencia exógena con un fin ciertamente incierto.

Miras adelante y ves aquellos que pasan de los treinta, y de los cuarenta, y de los cincuenta, y de los sesenta y calculas la proporción de víctimas de los Hombres Grises (los enemigos de Momo de Michael Ende), aquellos que robaban el tiempo y hacían de él cigarrillos... y te asustas.

No, no quiero ir al gimnasio a las 21:30. Porque es hora de cenar en casa o por ahí, es hora de pasear, de ir al cine, de escuchar música, de mirar el mar...