Marcas en la Pared

Como el preso en la celda, cuento los días que quedan para poder volver a andar sin necesidad de muletas.

Para alguien que nunca ha hecho gala de excesivo equilibrio, el tener que manejarse a con una pierna para las labores del día a día supone todo un reto. Además, los días comienzan a ser veraniegos e invitan a salir a la terraza a tomar el sol y a hacer algo de fotosíntesis...

Problema...

tengo una pierna vendada hasta la rodilla y si comienzo a coger algo de color (algo por otro lado harto difícil) me quedaría como un helado de nata y chocolate. Y eso no es bonito.

Por otro lado está la residencia, como dije en otro post, la lesión viene en el momento menos apropiado: una rotación de las llamadas NECESARIAS, es decir, que me tienen que cubrir mis compañeros a expensas de perder sus rotaciones, y eso, además de ser un caos es un fastidio para todos ellos.

En fin, ya queda menos :D

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